Los voluntarios son personas que, según los principios del voluntariado, prestan determinadas tareas previamente establecidas y que mejoran la calidad humana de la asistencia, sin por ello interferir en las funciones profesionales de los sanitarios y agentes sociales, pero sí complementándolas teniendo en cuenta en todo momento la protección de datos de los pacientes o asistidos domiciliariamente.
Es voluntario todo aquel que además de sus propios deberes profesionales dedica parte de su tiempo de manera continua y desinteresada a actividades, no en favor de si mismo, si no a favor de los demás o de intereses sociales colectivos según un proyecto que no se agota en la intervención de la misma.
El voluntariado es esencialmente:
- Voluntariedad “porque quiere y porque ama a los demás”
- Gratuidad: La entrega de tiempo y trabajo, no por obligación, si no por fruto de una exigencia interior y de compromiso personal con repercusión exterior y social.
- Solidaridad: Porque alguien me necesita y espera algo de mi.
- Complementariedad asistencial ante las deficiencias sociales
- Acción promocionadora de nuevos servicios sociales.
- Enriquecimiento personal.
El servicio voluntario es un servicio directo a la persona necesitada que interactúa delante de necesidades, como la soledad o el aburrimiento, que nunca podrán ser cubiertas por ningún organismo mediante servicios remunerados.
Criterios de actuación:
- Ayudar a las personas necesitadas de forma cordial, eficaz, sin discriminaciones.
- No aprovechar la ayuda que da para crearse una situación personal de prepotencia sobre la persona asistida ni configurar protagonismo que sirva de pretexto para movilizaciones o activismo social.
- El voluntariado a de conocer las reglas de juego del trabajo y del grupo donde se encuentra y respetar los criterios de actuación.
El voluntariado en la Pastoral de la Salud
El voluntariado con su aportación y actuación de servicios no pretende hacer innecesarios los servicios públicos y la actuación de los profesionales, solo intenta hacerse presente en determinadas deficiencias o ausencias ayudando a la atención holística de los pacientes dentro del organigrama de la presencia de la pastoral de la salud de la diócesis. Su preocupación se centra en:
- Elevar y mejorar la atencion humana al paciente
- Elevar el nivel humano de las relaciones hospitalarias, a veces frías de la técnica y el alejamiento familiar.
- Satisfacer las necesidades humanas e intimas que van más allá de las atenciones medico-sanitaria no contempladas o insuficientemente atendidas por el hospital.
- Promover los derechos del enfermo hospitalizado.
- Dar un servicio directo y personalizado al enfermo que, en situación de sufrimiento necesita más compañía y consuelo. El enfermo sufrirá menos si se siente querido y comprendido.
- Colaborar con el personal sanitario del centro o de la institución para hacer más feliz y humana la vida del enfermo.